La Seregni ya tenía la vida que la caracteriza, las risa de los niños y niñas inundaban el lugar de alegría. Algunos corrían, otros andaban en bicicleta, jugaban, disfrutaban de ser niños.
Jóvenes y adultos en ronda, conversaban, tomaban mate, disfrutaban del espacio. Chicas haciendo telas, volando, coloreaban el paisaje que ya era perfecto.
Pasaba el tiempo y cada vez se acercaban más vecinos y vecinas, algunos con sillas, solos o acompañados, empezaban a colmar el lugar. No era una nochecita más, la Sinfónica de Montevideo daría un concierto para todos los que quisieran acercarse y los presentes ya sabían que sería una verdadera fiesta.
Al caer el sol sonaron los primeros acordes de la “Cumparsita”, era la música que faltaba para hacer de esa noche, una noche inolvidable.
Ya no había telas, ni bicicletas, ni risas, solamente el sonido de la música del que disfrutaban hipnotizados niños, niñas, jóvenes y adultos. Sus rostros reflejaban el placer que aquella música causaba. La Sinfónica junto al Cuarteto de Guitarras brindaron un espectáculo para el recuerdo de todos los presentes, quienes aplaudieron de pie.
No caben dudas de que fue una noche perfecta, mágica, un privilegio para nuestro territorio y un espectáculo merecido para nuestros vecinos y vecinas. Desde el arte, la cultura y el disfrute de nuestro bellos espacios, seguimos construyendo juntos un Municipio disfrutable.