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Entrevista al alcalde Carlos Varela

El alcalde del Municipio B Carlos Varela fue entrevistado en el Programa “Bien de Cerca” que se emite todos los jueves por Uniradio 89.1 FM.

Independientemente de las personas que viven dentro del territorio del Municipio B, ¿qué población flotante tiene?

El último censo realizado arrojó una población de 146.000 habitantes en nuestro territorio. Hace un año Grupocentro llevó a cabo una medición donde se constató que sólo por 18 de Julio y sus transversales, desde Ejido hasta Plaza Independencia circulan entre 300.000 y 450.000 personas por día. Por otra parte, en Ciudad Vieja viven unas 14.000 personas y trabajan unas 30.000.

¿Y en un territorio tan basto en cuanto a población y ocupaciones, cómo hace el Concejo Municipal para vincularse con la ciudadanía?

Desde el Municipio desarrollamos distintas estrategias, la más importante es el Cabildo Abierto como asamblea popular y rendición de cuentas en el territorio. Pero, para llegar al Cabildo es necesario un proceso previo y posterior de trabajo con los vecinos mediante asambleas y recorridas por los barrios.

Otros actores fundamentales son los Concejos Vecinales que en Montevideo ya van a cumplir 20 años de existencia. Son vecinas y vecinos preocupados por los problemas de su entorno y que funcionan como interlocutores.

También tenemos la fortaleza de concentrar en nuestro territorio un montón de organizaciones sociales, es decir, la sociedad civil organizada en la cultura, en el deporte, en lo sindical, en lo gremial, en lo comercial, etc. Tratamos de construir vínculos con todos ellos, relaciones que generan un fortalecimiento en el accionar cotidiano.

¿El Municipio B sería como el Montevideo de Uruguay?

Si, los límites territoriales hacen que tengamos una gran concentración poblacional y de acciones.  Tenemos además los 3 poderes de gobierno, el 90% de los Ministerios y tal vez el 80% de los institutos de educación terciaria concentrados allí.

¿No es para usted una utopía el tema del gobierno de cercanías en ese territorio?

No es una utopía pero, lo que sí necesitamos para construir un gobierno de cercanías es la sociedad organizada. Nos planteamos un modelo de gestión sobre la base de la participación ciudadana donde el vecino se empodere de la acción de gobierno. Pensamos que este proceso no se logra sólo en dos años.

¿Para qué sirve el Concejo Municipal, el alcalde y qué le puede demandar la gente?

Además de las competencias propias que designa el decreto departamental, están las competencias asociadas a los problemas reales de la gente, muchas veces sus demandas pasan por problemas que van más allá de las competencias municipales. El trabajo es de articulación y coordinación con la sociedad civil y con organizaciones e instituciones para generar un pienso colectivo y una acción coordinada. Por ejemplo se ha coordinado con el Defensor del Vecino, con los Ministerios de Vivienda, del Interior, de Desarrollo Social y con el INAU para trabajar en situaciones como el caso de la ex COMAEC (Boulevard y Maldonado), del ex Hotel Casino en Gonzalo Ramírez, y de las bocas de pasta base que el municipio ha tapiado.

Los integrantes del programa “Bien de Cerca” recogieron preguntas de vecinos del Municipio B para ser respondidas por el alcalde Carlos Varela en este espacio.

En lo que respecta a la higiene y la limpieza en la ciudad, ¿No estaría bueno poder llegar a la gente con capacitación? ¿Hasta cuándo en este país habrá basura tirada en las calles? ¿Cuándo van a estar las veredas totalmente reparadas? ¿Las casas sin pinturas de graffitis, sin estar sucias, cuándo verdaderamente vamos a decir nuestra ciudad está limpia del todo? ¿Y las bocas de tormenta?

Estas preguntas son preocupaciones de los vecinos pero también son preocupaciones nuestras. Dado el tiempo que tenemos, las simplificaría en un concepto: convivencia. Es un tema de sentido de pertenencia y cariño a la ciudad. Hay que romper con esa idea de ciudad que construimos a partir del modelo “hacé la tuya” en el cual dejamos el espacio público, nos encerramos en nuestra casa, ponemos rejas, nos sentamos frente al televisor y esa es nuestra visión y relación con la realidad.

Hoy la recuperación de los espacios públicos es mucho más difícil pero no vamos a bajar los brazos, hay que seguir pensando que son espacios de convivencia, que deben ser ocupados por la familia, por el joven, por el adulto mayor, por la mujer, por el hombre, por el discapacitado y todos tenemos que convivir y retroalimentarnos en ese espacio. Esto implica pensar en que mi casa va más allá de la puerta. Lo que tengo enfrente también es mi casa porque la ciudad entera lo es. Por lo tanto, ese sentido de pertenencia y cuidado que tengo hacia mi casa lo debo tener hacia la ciudad, y acá es una construcción colectiva sin lugar a dudas. Pensamos en que un cambio de actitud y de sentido de pertenencia es posible y en eso estamos.

En cuanto a las bocas de tormenta, desde que existe el Municipio B, tenemos un convenio socioeducativo que atiende la posibilidad de darle empleo a una población vulnerable de jóvenes con bajo nivel educativo a través de una ONG. Esta última hace el seguimiento educativo de los chiquilines y la posibilidad de formarlos en el hábito de trabajo. En ese sentido, a través de este convenio tenemos una limpieza preventiva de las bocas de tormenta y cuando la boca de tormenta tiene una obstrucción mayor, ahí ya interviene Saneamiento de la Intendencia. Más allá de ésto,  también precisamos un compromiso de los feriantes, y los de ferias alimentarias fundamentalmente, ya que si hay agua o viento, lo que tiran termina en la boca de tormenta. Así que en esta cuestión también sigo creyendo que hay un tema de responsabilidad colectiva.”

¿En este año, qué queda en el balance y qué en el debe?

En el balance yo creo que seguimos profundizando la capacidad de gestión. Tenemos dentro del presupuesto, una capacidad de ejecución arriba del 90% en el 2011 y en el 2012 vamos a andar en el mismo entorno llegando tal vez al 100% en inversiones. Además tuvimos mucha actividad cultural, deportiva, de relacionamiento con las organizaciones, construyendo ésto que decimos, un gobierno realmente participativo, de cercanía, que atienda los problemas de la gente.

En el debe quedan proyectos en proceso, que lamentablemente los tiempos son a veces más tiranos que los deseos. Podríamos nombrar algunos como por ejemplo el proceso licitatorio de los paradores en el Parque Rodó, de las obras en la ex terminal del Cordón,  en el Hotel Casino (para tener realojada a toda la gente y solucionado el problema), el edificio de 18 de Julio y Andes,  pero también una gran cantidad de elementos de la Ciudad Vieja, del Centro, de Barrio Sur en términos de recuperación edilicia y del entramado social. A veces, son cosas que no se ven, que se construyen y que son programas a largo plazo. Esas son tal vez las aspectos que quedan en el debe porque uno no los ve concretados. De todas formas lo interesante es que las cosas están para que se concreten y se hagan realidad.