El Club Uruguay, proyectado para convertirse en la sede social de la alta burguesía montevideana decimonónica, fue construido entre 1886 y 1888 por el célebre ingeniero civil Luigi Andreoni, que realizó una vasta y significativa obra en nuestro país.
Su ubicación era excepcional, ya que esa acera de la calle Sarandí se caracterizó por ser el sector preferido de encuentro social. La construcción, que busca permanentemente la simetría, es un claro ejemplo de una obra ecléctica, pues toma como referentes diversas modalidades del pasado.
Esta vinculación a distintos lenguajes se organiza por niveles: la planta baja se adscribe al renacimiento, el primer piso al manierismo y el segundo piso al barroco.
Mojón urbano de su tiempo, el Club Uruguay se caracterizaba por el jerarquizado salón de baile, con un esmerado decorado rococó en el cielorraso, así como por las loggias en los niveles superiores, desde donde se podía apreciar la intensa vida social de la plaza Matriz y la bahía de Montevideo.