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Situación de calle - Municipio B

Subimos un extracto de la nota publicada por el suplemento Que pasa de El País sobre reclamos en nuestro territorio y respuestas del alcalde Varela.

Hotel Gutiérrez Ruiz

Uno de los principales reclamos que suele recibir el alcalde del Centro es la cantidad de gente que vive en la calle. En la ex Ibicuy, a metros de la Suprema Corte, hay uno de esos improvisados dormitorios callejeros.

Una caja de cartón con ropa adentro, acomodada contra la reja de un local abandonado. Esta es la casa de Javier -un hombre flaco, de 36 años y ojos saltones-, sobre la vereda de la calle Héctor Gutiérrez Ruiz entre San José y Soriano, ahí a media cuadra de la Suprema Corte de Justicia y a unos metros de la iglesia Dios es Amor, donde hasta 1987 funcionó el cine Radio City.

Son las nueve de una calurosa noche de noviembre y Javier está sentado en la vereda. Se rasca el codo, tira lo que queda de un cigarro y dice que en un rato irá hasta Rufino a ver si saca alguna moneda como cuidacoches. Javier habla lento. De día tiene "una parada" en Gutiérrez Ruiz, más hacia la rambla, pero la plata se le va rápido. "Lo que pasa es que yo consumo, no te voy a mentir", dice mientras se vuelve a rascar el codo. Hace silencio y comenta que la calle está brava. Y no queda otra que fumar.

El improvisado dormitorio -que hace unos días tenía un colchón de dos plazas, "que era de otro muchacho", y antes incluyó un sillón- está atrás de una volqueta y muy cerca de una obra donde se construye un hostel. Parte de la vereda está agujereada porque también está trabajando la compañía del gas. De mañana a veces se ve a Javier durmiendo boca abajo y justo por arriba de su "casa" pasa un caño de la obra, de esos que descargan restos de material sobre la volqueta. Cada vez que cae algo, hace mucho ruido. Pero él ni se entera.

Javier parece una persona tranquila. Dice que con la policía no tiene problemas pero con la intendencia sí, porque "a veces pasan y se llevan todo". Con los vecinos tiene una relación buena desde que vive allí hace un año y algunos le dan comida, dice él. Pero ellos no cuentan lo mismo.
La historia de la calle Héctor Gutiérrez Ruiz es una de esas historias de zonas que en algún momento vivieron cierto esplendor y hoy están en una triste decadencia. La ex Ibicuy es de lo más feo del Centro. Los vecinos y comerciantes de esa cuadra reclaman desde hace años a la Intendencia de Montevideo, al Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y a la Policía por un grupo de gente que vive en la vereda -hay días que son uno o dos, hay días que son más-, hace sus necesidades y fuma pasta base allí. Todos dicen que no son violentos, pero el entorno está sucio. Hace unos meses juntaron firmas y no pasa nada.

Lo de la calle Héctor Gutiérrez Ruiz se replica en muchos otros puntos de Montevideo. En cinco años aumentó 10,3% la gente que vive en situación de calle, según las estadísticas del Mides publicadas el 4 de noviembre por El País. En 2006 había 320 personas viviendo en la calle y en 2011 eran 353. Casi la mitad (el 45%) vive en el Centro, Cordón, Parque Rodó y Ciudad Vieja. Hay una alta incidencia del consumo de pasta base y, por eso, el presidente José Mujica envió a mediados de año un proyecto de ley de internación compulsiva de adictos.

El proyecto, que autorizaba a internar a cualquier sospechoso de haber consumido drogas en la calle, fue trancado inicialmente por la bancada oficialista, que se oponía a votar una ley así. Pero ahora se afirma que una nueva versión será sancionada antes de fin de año. Uno de los borradores que manejaba el Ejecutivo, según publicó El País, habilita a trasladar a "centros de desintoxicación" a los adictos que se encuentren "en riesgo vital para sí o para terceros".

El alcalde de la zona, Carlos Varela, está convencido que el Parlamento debe aprobar una ley. "Llamale internación compulsiva, llamale internación sanitaria o lo que sea", dice Varela, "pero sí hay que tomar alguna medida que defienda los intereses de todos cuando hay problemas siquiátricos o de drogadicción, porque allí no se puede esperar una decisión voluntaria de la persona". Varela, de Asamblea Uruguay, dice que "no hay que poner por encima el derecho individual de quien decide vivir y drogarse en la calle" sobre el derecho colectivo.

"Como responsable del territorio recibo las demandas ciudadanas y creo que es imprescindible que se apruebe una ley", dice el alcalde. "Porque, si no, no tenemos herramientas para actuar". Varela admite que el tema de la gente en situación de la calle es una de las preocupaciones que más recibe de los vecinos del municipio B y que, en particular, la zona de la calle Héctor Gutiérrez Ruiz "es un punto muy céntrico que en términos estético-sanitarios está feo".

Cuando recibe denuncias, lo que hace el municipio es elevarlas a la Inspección General de la Intendencia o, directamente, enviar funcionarios al lugar, quienes levantan a las personas, les sacan "los trastes" y limpian el sitio. "Generalmente hacemos de mucamos de hotel: limpiamos y se vuelven a instalar", relata Varela. Y entonces plantea una interrogante: "Si no actuás, profundizás el daño sanitario. Pero, si actuás, les limpiás el rancho circunstancial que armaron para que lo vuelvan a hacer".

* fragmento de nota extraída del suplemento "Que Pasa" - El País.