Montevideo Colonial
Entre aljibes y huertas, los jardines del Concento de San Francisco
Antes de la edificación de la plaza, se llevó a cabo una investigación arqueológica que permitió descrubir el pavimento de uno de los antiguos senderos. Dicho camino formaba parte de un jardín que contaba con un aljibe y una gran huerta, compuesta por árboles frutales y arbustos aromáticos. EL diseño, meticulosamente ordenado, se evidenciaba en los caminos empedrados que estructuraban el espacio e integraban las antiguos habitaciones de los monjes, dispuestas a lo largo de uno de sus laterales. Este hallaggo nos invita a revivir un entorno en el que la belleza natural se fusionaba de manera armoniosa con un ambiente acogedor.
La ciudad, sus casas y patios
A principios de 1800, la ciudad de Montevideo contaba con calles bien trazadas, que se interceptaban en ángulos rectos y permitían el tránsito simultáneo de hasta tres carruajes. No obstante, la escasa iluminicación y el deficiente estado del pavimento eran notables.
Las casa, en su mayoría de planta baja, se construyeron con ladrillos cementados con barro y se recubrieron con un mortero blaquecino. Muchas de ellas disponían de un patio interior cuyos pisos estaban formados por losas de piedra o ladrillos, al igual que las habitaciones. En numerosas residencias se hallaba un gran aljibe en el patio, que se llenaba con agua de lluvia recogida a través de caños provenientes de la azotea. Además, un cántaro de gran tamaño, ubicado a la sombra de un rincón del patio, se mantenía siempre lleno para su uso inmediato.
Los patios se adornaban con macetas que albergaban diversos arbustos y plantas. A los costados, elevados sobre el suelo, se disponían canteros de tierra en los que crecían naranjos, limoneros y parrales. Bajo esa sombra se solía disfrutar tanto de la mañana como del atardecer, y, a menudo, se tendía la mesa para la cena en los días de calor sofocante.
Sendero del Convento de San Francisco
En la manzana donde actualmente se ubica el Banco Reoública, a nuestra derecha, se encontraba el Convento San Francisco. En ese mismo lugar se extendían los jardines del convento, entre los que destaca uno de los senderos de piedra. En el plano, ubicado en la parte izquierda de la pared, se señala el sector correspiondiente a dicho camino. (Ver archivo adjunto)
