El pasado lunes 19 de julio, el Municipio B organizó el conversatorio “Un gol a la memoria: recuperando la huella de José Leandro Andrade”, que se transmitió en vivo por el canal de YouTube del Municipio B y contó con intérprete (LSU) .
En el encuentro, el politólogo, historiador y escritor Jorge Chagas y Carlos Larraura, director de Yambo Kenia, conversaron sobre la figura del mítico futbolista. La moderación estuvo a cargo de la gestora cultural y realizadora audiovisual, Leticia Rodríguez Taborda. Por el Municipio B participó Beatriz Ramírez.
Chagas, quien es autor de Gloria y tormento, biografía novelada del futbolista, realizó una reseña de la vida de Andrade, sus orígenes, hazañas deportivas y su faceta de músico y bailarín de tango. También compartió varias anécdotas, desmontó el controversial relato sobre el desplante de Andrade a la comunidad afro y aportó nuevas pruebas que desmienten que fue la sífilis la causa de su muerte.
Por su parte, Carlos Larraura dialogó sobre el espectáculo con el que en el año 2007 ganó el primer premio de Carnaval en la categoría Lubolo, que ponía en escena la historia de Andrade. Larraura comenzó su presentación haciendo referencia a Luis Trochón (1956-2020), autor del espectáculo: “En primer lugar, tengo que reconocer a Trochón porque él fue el ideólogo de hacer un espectáculo sobre Andrade. Trochón armaba espectáculos que dejaran algo en lo emotivo y el drama. Y eso era lo que tenía el espectáculo de Leandro Andrade. Fue un espectáculo que nos enseñó a todos un poco de historia”.
Nuevas narrativas para reescribir la historia y reparar la memoria
Como preámbulo de su recorrido por la vida de Andrade, Chagas señaló que “en la vida de todo ídolo se mezcla la realidad y la ficción, la realidad y la leyenda”. El escritor recordó que el jugador nació el 1º de octubre de 1901 en el barrio La Cachimba de la ciudad de Salto donde vivió parte de su infancia. Luego, se mudó a Montevideo, lugar en el que hizo la escuela. Andrade vivió en el conventillo “Las Muchas Puertas”, que estaba ubicado en la calle Rivera y Obligado, en la zona de “Estación Pocitos”. “Ahí, había muchas canchas de fútbol y es muy probable que allí Andrade empezó a probar la pelota,” reflexionó Chagas.
De acuerdo con las investigaciones de Chagas, Andrade entrenó en las inferiores de Misiones y Peñarol, época en la que le apodaban “el tiznado”. En 1923 hubo una inflexión en su vida, al conocer a José Nasazzi, quien y le ve condiciones para integrar la zaga. “Ahí empieza el Andrade que va a llegar a la gloria”, asegura. Ese año Andrade se integra a la selección uruguaya e inicia una destacada carrera a nivel internacional. Jugó cinco Copas América (1923, 1924, 1926, 1927, 1929); los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 y la Copa Mundial en 1930. Fue en 1924 en París cuando Andrade ganó el sobrenombre de “la maravilla negra”. El uruguayo no sólo había cautivado por sus capacidades futbolísticas al mundo del deporte sino también al de la cultura, por su elegancia y gracia para bailar el tango.
Entre los distintos relatos que se compartieron durante el conversatorio, Chagas se detuvo en una anécdota: a fines de noviembre de 1957 Louis Amstrong aterrizó en Montevideo para brindar cinco conciertos en el Cine Plaza. En Montevideo, Amstrong llamó a la casa de Víctor Rodríguez Andrade, campeón uruguayo de 1950 y sobrino de Andrade, con la intención de comunicarse con Leandro Andrade. Sin embargo, el encuentro no pudo concretarse porque el legendario jugador había fallecido un mes antes, el 5 de octubre. Chagas parte de la hipótesis de que Amstrong debió haber visto jugar a Andrade en 1927, cuando el jugador participaba con el equipo de Nacional en una gira internacional por Estados Unidos, que lo llevó a Chicago, ciudad en la que se encontraba Amstrong ese año.
Por otro lado, el escritor también hizo referencia a que hasta 2005 se había creído que Andrade había muerto de sífilis. Sin embargo, luego de una rigurosa y detallada investigación que incluyó entrevistas a la hija de Andrade y el acceso a la historia clínica de Andrade en el hospital Piñeyro del Campo, Chagas pudo demostrar que el jugador “nunca tuvo sífilis en su vida” y que el motivo de su muerte fue un derrame cerebral. “Esa es una de las tantas cosas que se han dicho de él y que no son ciertas”, afirmó.
Finalmente, Chagas abordó un episodio de desencuentro con la comunidad afrouruguaya de Montevideo: “Yo desde niño, mi padre, mis tíos me contaron sobre ese desprecio y que los había dejado plantados. Una ofensa gravísima”. Sin embargo, esta historia tiene su reverso.
Siguiendo las investigaciones del historiador y referente de la comunidad afrouruguaya recientemente fallecido, Jorge Bustamante (1961-2020), Chagas recordó que en la edición número 17 del periódico La Vanguardia (medio de prensa de la comunidad afrouruguaya publicada entre los años 1928 y 1929), se encontró una carta firmada por Andrade en la que aclaraba que no había asistido al banquete organizado por la comunidad afro de Montevideo por encontrarse en Salto. Asunto que se confirmó a partir de investigar y encontrar las noticias publicadas en la prensa salteña de la época.
La carta de Andrade se publicó el 17 de setiembre de 1928 y dice textualmente: “Me dirijo a este medio de prensa a fin de aclarar lo que fue un malentendido y permita mis excusas. Es un hecho muy notorio que el aplazamiento que solicité a los organizadores del banquete en el Hotel del Prado en el año 1924 fue interpretado muy nocivamente. Yo nunca traté de ocasionar un agravio a mi raza y las razones del aplazamiento fueron motivadas por un imprevisto de una orden de embarcar hacia mi pueblo natal de Salto, donde recibí el homenaje de mis coterráneos y el Concejo Departamental contraído con anterioridad a la entrevista con los organizadores del banquete. Marché a mi pueblo natal sin sospechar que a mi regreso, mi raza, a la cual nunca olvidé, hubiese sentido un agravio que yo no cometí. (...) Siempre sentí orgullo de mi raza y por ella el más asombrado amor y respeto”.
Reconocimiento
Al cierre del conversatorio, Beatríz Ramírez destacó que a través de la figura de Andrade se está reconociendo a un colectivo cuyo aporte ha sido históricamente invisibilizado. En el mismo sentido, calificó la contribución de Jorge Chagas como una acción reparatoria y de justicia porque “ayuda a echar luz sobre la huella afro y concatenar los esfuerzos para que las futuras generaciones puedan vivir de mejor manera”.
Ramírez destacó que el encuentro organizado por el Municipio B permitió sumar un capítulo a la historia del colectivo afrodescendiente al tiempo que recupera y repara una figura del deporte uruguayo. “De algún modo, más allá que se trata de otro contexto histórico, [la vida de Andrade] da cuenta de una realidad social en la que las desigualdades y discriminaciones aún persisten”. La referente agradeció a la alcaldesa Silvana Pissano por poner el tema en la agenda.
Al referirse a Larraura, Ramirez subrayó que es de orden reconocer las luchas que se realizan desde la cultura popular y, particularmente, desde las comparsas. “Un aporte que no siempre es reconocido por el resto de la sociedad uruguaya”, puntualizó.